Soy una persona con DISCAPACIDAD en la mano izquierda llamada: DEFORMACIÓN CONGÉNITA DE MANO IZQUIERDA DE FALANGES PROXIMALES Y MICROMELIA IZQUIERDA. La cual la tengo desde mi nacimiento, como es parte de mí, no me ha sido difícil dominar esa ausencia de mi extremidad y tampoco ha sido una dificultad para mis relaciones sociales. La práctica en el KARATE-DO, en forma literal, salvo mi vida ya que, viviendo en mi aislado pueblo, en un aislado sector, no había mucho futuro para los jóvenes de mi época, pero al adentrarme en las prácticas continuas y muy fuertes, comprendí que eso era lo que estaba esperando y lo que haría por el resto de mi vida.
Una de las frases mas comunes que escuchaba cuando era niño y adolescente: “Tu no puedes hacer eso”, “Es muy difícil para ti” y la lista es larga con esas frases negativas. Incursioné en deportes “Difíciles” solo para probar esa dificultad y en esas pruebas comprendí que NO hay nada que no pudiera hacer, solo tenia que ponerle un poco más de energía, dedicación e ingenio que cualquier otra persona y logré dominar (a mi modo) esos “deportes difíciles”. Uno de los mas complicados fue la Gimnasia Olímpica, esos saltos mortales y movimientos me cautivaron en forma inmediata y de una vez empecé a entrenar, al principio en forma empírica ya que no tenia a nadie con los conocimientos necesarios para enseñarme, pero viendo gimnastas en televisión, me dio una idea de como hacerlo y adopte a mi físico medio mucho trabajo pero logre dominar muchos movimientos de habilidad corporal, tanto es así, que en secundaria participe en dos ocasiones en un campeonato entre liceos en la especialidad de Gimnasia y después de haberme pulido con buenos profesores, participe y quede campeón en manos libres.
Pero todavía no había encontrado, en esa adolescencia, lo que quería. Siempre me han gustado las Artes Marciales, pero al vivir en un pueblo no muchos tenían esas inquietudes, salvo cuando en el cine veíamos una película de Bruce Lee y de Kung-Fu solíamos dar patadas en el aire sin sentido. Pero por un golpe de suerte y Dios, puso en mi camino una pequeña escuela de KARATE-DO que estaba dando pequeños pasos, no tenia ni tres meses abierta y decidí ir a ver las clases, sin saber que sería la entrada a un maravilloso mundo, que no solo me iba a enseñar a defenderme, sino que me salvaría la vida en todos los sentidos.
La clase que vi, me cautivo de inmediato, ver al “Sensei” dirigir el entrenamiento, con autoridad y esa excelencia técnica, fuerte, precisa, veloz, llamó mi atención rápidamente y al finalizar la clase me acerqué para informarme de los horarios y todo con respecto a los entrenamientos. El Sensei Vladimir Becerra, primer Instructor de verdadero KARATE-DO me atendió muy bien y al siguiente día comencé los entrenamientos.
Cuando inicie este viaje en el KARATE-DO, muchos me advertían que me iba a costar mucho, ya que se necesitaba las dos manos para poder agarrar, jalar, proyectar y golpear, escuche con atención todos esos argumentos, los cuales no eran nuevos para mí, y eso me dio más ánimo para seguir adelante con las suerte que mi Sensei Vladimir me trató como a uno más, sin ninguna preferencia o cuidados extremos por mi condición de discapacidad y él me comentaba siempre, que no importaba si me faltaba una mano, lo importante era el empeño y ganas que le pusiera al entrenar, y eso hacía en cada clase y mis compañeros también tratándome como igual, no me fue difícil adaptarme a las técnicas. Obviamente, que el KARATE-DO que mis compañeros hacían era muy diferente al KARATE-DO que yo hacía, ya que, tenía que adaptarlo a mi forma, a mi cuerpo y a mi mente para que fuera efectivo y eso fue lo que me dio ese porcentaje extra que necesitaba para estar a la altura y porque no, a un paso del grupo, demostrando que no importa dificultades físicas sino la pasión con que lo hagas.
Todo esto sucedió entre 1984-1985 (mis comienzos) de la mano de mi primer Sensei Vladimir Becerra alumno directo del Sensei Aurelio Santoro. En 1987 se mudó al Estado Mérida quedando yo como instructor encargado del Dojo “5 De Julio” bajo la supervisión y alineamientos del Sensei Santoro, el cual paso a ser mi Maestro directo. Hasta la fecha actual y no solo como Maestro, sino como guía en todas las cosas que me iba proponiendo.
Sus sabios consejos y su directa forma de hacer y decir me han hecho el ser humano que soy ahora, sin su ayuda, no sé dónde estaría en estos momentos, de lo que estoy seguro es que no hubiesen sido buenos momentos. Un Maestro es alguien que se cruza en nuestro camino, nuestras vidas y por una razón, nos trasmite parte de sus conocimientos y de su tiempo, para ayudarnos a crecer y mejorar, es uno de los mejores regalos que nos pueden hacer, decirlo con palabras es devaluar ese regalo. Estoy eternamente agradecido por mostrarme el camino y dejarme recorrerlo con él.
Una de las cosas que estoy completamente seguro, no importa si te falta un brazo, una pierna o si estas en sillas de ruedas, no importa que condición tengas, en que en cuanto encuentras lo que te apasiona, lo que sea tu propósito solo es cuestión de dedicación, esfuerzo y un inquebrantable compromiso consigo mismo para lograrlo. El resto es disfrutar el viaje y el aprendizaje.
EL KARATE-DO … RECUPERA VIDAS … MOTIVA VIDAS… SALVA VIDAS… Y DOY FÉ DE ELLO.
Sensei Alfonso Aldana
5° DAN JKA-SKDV.
37 años de experiencia, de los cuales 34 años como instructor.
- Instructor Clase “A” Nacional JKA-SKDV.
- Instructor Clase “C” JKA Japón.
- Juez Clase “C” JKA Japón.
- Examinador Clase “D” J.K.A Japón.
Obtenidos en SUMMER CAMP NUEVA YORK 2013-2014, con el gran Maestro Masataka Mori Sensei (+) 9° DAN J.K.A alumno directo del Sensei Funakoshi.