
Había preparado unas palabras para el evento por sugerencia del Sensei Santoro. Pero seguro se distrajeron entre tantos discursos y, para no desbordar la paciencia del público, la dejaron en la idea. Sin embargo, creo que las reflexiones que tenía para la ocasión pueden ser útiles hoy para los ganadores y, fundamentalmente, para el resto: organizadores, competidores, y todos los que sentimos que el Karate es el camino.
Buen día Damas y caballeros. Hoy es un gran día. Esta reunión de dojos, de amigos, de padres, madres; jóvenes que sueñan con mostrar sus avances en el camino de la mano vacía. Un arte que se ha ganado el corazón y el respeto del mundo porque, más allá de ser marcial, es una búsqueda rigurosa de crecimiento interior, de construcción física y desarrollo de la personalidad. Y es más, es el combate diario contra nuestras propias debilidades y procrastinación.
El Karate-Do es un arte de puertas abierta para todos, adultos mayores, niños, adolescentes, damas, caballeros y… “caballeres”, para no entrar en contradicción con el “wokismo”. Lo único necesario para hacer karate es la profunda voluntad de no rendirse.
Y aquí están todos estos competidores, no tratando de borrar al otro sino, por el contrario, agradeciéndole a aka o a shiro la oportunidad de demostrarse a sí mismos los avances que han logrado en su diario sudar, repetir y corregir, no solo en sus técnicas en el arte, sino en su crecimiento como personas y como participantes de la sociedad en la que vivimos, contradictoria, difícil y a veces hasta dolorosa.

La verdad es que lo mejor que nos pueden ofrecer nuestros sensei es ayudarnos a caminar por el pedregoso camino del combate diario con nosotros mismos, con las armas de la tolerancia, la gentileza, y el respeto a nuestros semejantes.
Hay un principio filosófico en el Karate, que siempre ha sido de difícil interpretación. Y no es que «en el karate no existe el primer ataque», principio que se explica por sí mismo cuando entendemos que una buena defensa puede ser demoledora. Del que quiero hablar es del que escribió el sensei Funakosi (creador del Karate moderno y nuestro máximo líder) cuando dijo: «El asunto en un combate no es ganar sino no perder». Siempre ha sido esta máxima difícil de interpretar. En principio debe entenderse: como que un hombre, un Karateca bien preparado para el combate no debería ser destructible, pese a que su oponente se imponga y saque el mejor partido del enfrentamiento. Lo que es importante es que este combatiente, entrenado por años, tuvo los argumentos técnicos y morales para mantener intacta su integridad, con respeto y honor en la contienda. Ya esa es una buena y válida explicación. Sin embargo, hay más, y para ir al fondo del acertijo hay otra máxima, menos oriental y quizás más nuestra que, a lo mejor, sirve para cerrar la idea. Y dice: Como se goza ganando, pero cuánto se aprende perdiendo. Porque el mejor provecho que podemos tener en estas justas es lo que podemos aprender de tolerancia, inclusión y, sobre todo, de humildad. Entonces, si nos vamos a casa cargados de estos tres valores seremos los ganadores de la jornada.
Por eso dije al principio que hoy es un gran día, porque nos podemos ir a casa con la satisfacción de un trofeo, o con la maravilla de un profundo aprendizaje.
Así que, como dijo el Maestro Funakoshi: «lo importante no es ganar sino no perder,» y hoy todos ganamos.
Jean Carlo Simancas
